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Jeroen Anthoniszoon van Aeken, conocido como El Bosco o Jerónimo Bosch era un pintor neerlandés. Si bien no se conoce con precision su fecha de nacimiento, se estima que fue probablemente alrededor de 1450, quizá el 2 de octubre en Bolduque, una ciudad en el sur de lo que hoy son los Países Bajos. Su familia, los Van Aken, procedía de Aquisgrán y se dedicaban a la pintura.
Al ser pintores, según el sistema medieval de estamentos, formaban parte del respectivo gremio. Esto es importante para entender por qué se hizo conocido como 'El Bosco' (en neerlandés: Den Bosch); a la muerte del padre, el hermano mayor fue el único con derecho para usar gremialmente el apellido van Aken, así, Jeroen adoptó como nombre artístico el nombre abreviado de su ciudad natal, siendo asimismo latinizado su nombre, pasando a firmar como Hieronymus en lugar de Jeroen.
Nada se sabe de la primera formación artística, pero puede suponerse que aprendió en el taller familiar dedicado a la pintura al fresco, a dorar esculturas de madera y a la producción de objetos sagrados, trabajando especialmente para la catedral de la ciudad. Diseñó los vitrales de la catedral de Hertogenbosch, y en vida disfrutó del éxito tanto en su ciudad como fuera de ella. En 1486 ingresó en la Vrouwe broederschap (cofradía religiosa de Nuestra Señora), corporación de gran prestigio e influencia. Esta cofradía era una asociación de laicos dedicados al culto a la Virgen y a obras de caridad, y también se involucraba en representaciones sagradas. Le sirvió para cultivarse artística y culturalmente. Entre el año 1488 y el 1489, se sabe, por documentos, que pintó las alas de un políptico esculpido para esta misma confraternidad. El Bosco parece enmarcarse en una corriente mística prerreformista. Entre 1500 y 1504 no se hallan documentos sobre El Bosco, es probable que en esos años el artista haya viajado a Italia, hospedandose en Venecia. De hecho en esa ciudad están presentes muchas obras suyas en colecciones privadas fechadas al comienzo del siglo XVI.
El Bosco falleció el 9 de agosto de 1516.
Estilo
En sus pinturas mezcla motivos astrológicos, de folclore, brujería y alquimia, así como el tema del anticristo y episodios de las vidas de santos ejemplares. En sus obras de madurez desarrolló un lenguaje de simbolismo visual, que a veces era una traducción literal de las metáforas verbales de la Biblia.
Sus obras muestran la preocupación por la inclinación del hombre hacia el pecado y la condena eterna a las almas perdidas. Aplica el óleo de manera libre, sin retocar demasiado. Sus fuentes principales fueron los manuscritos miniados holandeses, grabados extranjeros, bestiarios medievales y leyendas y textos de la época.

Obras completas
-El Carro de Heno (Madrid, Museo del Prado; obra discutida, según el análisis dendrocronológico se situaría entre 1510 y 1516; otra versión en El Escorial, circa 1516).
-La Adoración de los Reyes, obra del círculo del Bosco, (Nueva York, Museo Metropolitano de Arte).
-El Jardín de Las Delicias, 1480-1490 (Madrid, Museo del Prado).
-Tríptico del Juicio de Viena, circa 1482 (Viena, Academia de Bellas Artes)
-San Jerónimo en oración, hacia 1482 (Gante, Museum voor Schone Kunsten)
-Crucifixión con donante (Bruselas, Museos reales de Bellas Artes de Bélgica)
-La coronación de espinas o Los Improperios, circa 1485 (Londres, National Gallery)
-Tríptico de la Adoración de los Reyes, 1485-1500 (Madrid, Museo del Prado).
-Tríptico del Juicio de Brujas, circa 1486, con participación del taller (Brujas, Groeningemuseum)
-Tríptico de los ermitaños o El retablo de los eremitas, hacia 1493 (Venecia, Palacio Ducal)
-El vendedor ambulante (Rotterdam, Museo Boymans Van Beuningen)
-La Nave de los locos (París, Museo del Louvre)
-La muerte de un avaro (Washington D.C., Galería Nacional de Arte, col. Samuel H. Kress)
-San Cristóbal (Rotterdam, Museum Boymans van Beuningen)
-Cristo con la cruz a cuestas, circa 1498 (Madrid, Monasterio de San Lorenzo del Escorial)
-La Adoración de los Reyes circa 1518, seguidor o imitador del Bosco (Filadelfia, Philadelphia Museum of Art, col. John G. Johnson.)
-Las Tentaciones de san Antonio (Madrid, Museo del Prado)
-Los siete pecados capitales (Madrid, Museo del Prado)
-El Prestidigitador hacia 1503, con participación del taller, (Saint-Germain-en-Laye, Museo Municipal)
-Tríptico de los Improperios (Valencia, Museo de Bellas Artes San Pío V). Realizado entre 1510-1520 por el taller de El Bosco, colaborando el artista en él.
-La coronación de espinas (Madrid, Monasterio de San Lorenzo del Escorial. Obra de un seguidor o imitador; el análisis dendrocronológico indica una fecha de ejecución entre 1527 y 1533.)
El Bosco se destacó entre el resto de los artistas de su época por sus imágenes animadas y "surrealistas". La mayoría de sus pinturas son de temas bíblicos y en ellas abundan las criaturas fantásticas y los dobles significados. Eso hizo que se ganara el sobrenombre de "creador de demonios". Asi mismo, su punto de vista para el arte es inspirado por el renacimiento, al igual que grandes artistas de su epoca como: Da vinci; Cranach; Alberto Durero; Giorgione; Rafael Sanzio; Miguel Angel y Blake William, entre otros.
Muchas de las pinturas y esculturas de los artistas anteriormente nombrados son a imagen y semejanza de las personas. Tambien nos encontramos con pinturas de origen catolico al igual que las pintadas por el bosco, pero la gran diferencia es la forma en la que los artistas se plasmaron en el lienzo. Blake William, tiene una mirada parecida a la de él, con criaturas inexistentes y con la forma de ver el infierno.
El bosco buscaba generar que las personas tomaran conciencia que lo que hacian en la tierra iba a inferir hasta despues de muertos. En sus obras plasma los pecados capitales, el infierno y el cielo. Hoy en dia ya no se genera esa sensacion de miedo en sus pinturas, sino que se tomas mas como una gracia y produce gran intriga a la vez.
¿Que veia El Bosco para pintar esos infiernos?
Cuentan que el pintor se encerraba cerca de donde hubiese sufrimiento y entraba en una especie de trance hacia el otro mundo del cual luego regresaba y en el cual veía esas horrible imágenes que luego con su magia de pintor plasmaba en sus cuadros. También dicen que algunos de los que investigaron al Bosco tuvieron visiones de hombres de negro y perros negros.
Tríptico de las Delicias
TRIPTICO CERRADO
La Creación
Los batientes del tríptico cerrados nos muestran, pintados en grisalla, un momento de la creación del mundo, representado por una esfera de cristal.
En la parte superior aparece el Creador y una cita bíblica, extraída de los Salmos:"El lo dijo y fue hecho todo. El lo ordenó y todo fue creado".En la parte izquierda representa la Creador.
La escena parece corresponder al tercer día de la creación, durante el cual -según los apócrifos- Dios creó el Paraíso, lo que establece una estrecha relación con el contenido de las tablas abiertas.
TRIPTICO ABIERTO
Al abrirse, el tríptico presenta, en el panel izquierdo, una imagen del paraíso donde se representa el último día de la creación, con Eva y Adán, y en el panel central se representa la locura desatada: la lujuria. En esta tabla central aparece el acto sexual y es donde se descubren todo tipo de placeres carnales, que son la prueba de que el hombre había perdido la gracia. Por último tenemos la tabla de la derecha donde se representa la condena en el infierno; en ella el pintor nos muestra un escenario apoteósico y cruel en el que el ser humano es condenado por su pecado.
La estructura de la obra, en sí, también posee un encuadre simbólico: al abrirse, realmente se cierra simbólicamente, porque en su contenido está el principio y el fin humano. El principio en la primera tabla, que representa el Génesis y el Paraíso, y el fin en la tercera, que representa el Infierno.
PANEL IZQUIERDO:

En este panel nos muestra una escena del Paraíso en la que Dios entrega Eva a Adán como mujer. Es el origen del pecado de la lujuria que se desencadena en la tabla central. El Bosco reproduce la mentalidad medieval: "la culpa de Eva" en el inicio de los males de la Humanidad.
En la parte superior están representadas la Fuente de la Vida, el Árbol del Bien y del Mal (con la serpiente) y el Árbol de la Vida (un drago canario).
Están rodeados de animales, algunos en lucha entre ellos anunciando los futuros males del mundo. Se ha querido ver en ellos un significado simbólico, procedente de los bestiarios medievales. En algunos casos tal vez haya simplemente una intencionalidad burlona y desenfadada, como en el conejito, alusión al sexo femenino, situado junto a Eva.
Nos presenta una figura de Dios muy joven, convención muy frecuente en la literatura holandesa del siglo XV donde el matrimonio entre Adán y Eva es realizado por un Dios juvenil.
Como es habitual en El Bosco, el Paraíso no existe enteramente libre de al menos una prefiguración del diablo, que aparece como un foso en el primer plano, del que están emergiendo una gran variedad de criaturas
PANEL CENTRAL:
El Jardín de las Delicias
Representa el dominio de la lujuria en el mundo, descrita a través de todo tipo de relaciones sexuales, manifiestas de una forma rotunda: cuerpos desnudos de hombres y mujeres, blancos y negros, se mezclan, se tocan, bailan..., en parejas, en grupos, heterosexuales, homosexuales, onanistas...
Pese a una primera impresión de desorden, la escena se ordena en tres niveles en altura:
La parte superior, con detalles que se perciben difícilmente por su pequeñez y rareza (humanos alados, grifos...) aparece dominada por construcciones fantásticas, entre las que destaca la Fuente de los Cuatro Ríos del Paraíso Terrenal, falsa fuente del paraíso, inestable, amenazando ruina con sus paredes cuarteadas.
En el centro de la composición, la gran cabalgata del deseo, girando en círculo en torno a un estanque, donde se bañan varios grupos de mujeres.
En el plano inferior la sexualidad se manifiesta de mil maneras, tanto en las acciones de la masa de hombres y mujeres, todas ellas de inequívoco signo erótico, como en las connotaciones sexuales de plantas, frutas y animales.
En las esquinas inferiores aparecen dos focos de atención peculiares. A la izquierda, un grupo que señala la tabla de la izquierda (el Paraíso), hacia la Eva de la Creación, poniendo el acento en el papel que desempeña en el engaño de la tentación. A la derecha: en la cueva se encuentran Adán y Eva, testigos de lo que ha acaecido al mundo por su causa. El dedo acusador de Adán responsabiliza a la mujer.
“Aquellos que has visto danzando y jugando en las praderas verdes salpicadas de flores y árboles, son los que aspiran a los placeres de este mundo. Buscan la saciedad de los placeres de la carne y de los sentidos, y se aplican a seguir sus inclinaciones sensuales, Absortos en su frenesí, no saben que Dios existe; no creen más en Dios, ni en el cielo, ni en el infierno: Está escrito: el tonto dice que Dios no existe.” (Hendrick Mande, siglo XVI).
El Jardín de las Delicias es un engañoso jardín de los falsos placeres terrenales, una consecuencia del pecado original. Cada detalle de este “mundo al revés” nos lo advierte en el panel central: es el paradisíaco ensueño es el reino de lo no durable.
La fuente del paraíso
La parte superior del panel central aparece organizada en torno a la Fuente de los Cuatro Ríos del Paraíso Terrenal. A cada río le corresponde una construcción, una puerta de salida. Esta es una falsa fuente del paraíso, inestable, irregular, amenazando ruina con sus paredes cuarteadas.
En su interior una pareja se manosea y otro enseña el trasero.
Otro elemento característico de las imágenes bosquianas lo constituyen los acróbatas. Durante la Edad Media (canecillos románicos, manuscritos) estos personajes, junto a los juglares, son un claro referente de la sexualidad y por ello frecuentemente son condenados por la iglesia.
La ronda del deseo
En el centro del panel central se desarrolla la gran cabalgata del deseo, con los jinetes a lomos de las monturas de sus pasiones girando en círculo en torno a un estanque, la fuente del amor, donde se bañan varios grupos de mujeres, en espera de un encuentro que se adivina carnal.

Un hombre parecer no haber resistido la tentación y se precipita al agua, recibido por una muchacha. Otra se prepara a salir del agua. El que monta el unicornio de asta ramificada muestra una actitud masturbatoria. Otros (acróbata que ofrece su trasero a un ave de largo pico negro –arriba a la izquierda--) presentan inclinaciones sodomitas.
Plantas, frutas y animales
En el paisaje del jardín de las delicias abundan plantas y frutas con evidentes connotaciones sexuales. Madroños, moras, grosellas, frambuesas, fresas, cerezas... son símbolos de la voluptuosidad y de los placeres que rápidamente caducan.
Es también significativa la abundante presencia de pájaros (grullas, petirrojos...), animales consagrados desde antiguo a Afrodita y símbolos por tanto de la lujuria, que acercan con sus picos a los hombres el fruto deseado.
El "mundo al revés"

Dentro de este mismo concepto del "mundo al revés" cabe entender el tamaño exagerado de pájaros, frutas y peces (característico por otra parte de la ornamentación marginal de los manuscritos de la época)..
PANEL DERECHO:
El infierno
Con un enorme ingenio y efectos lumínicos de notable modernidad, El Bosco expone en el panel izquierdo el castigo de los pecados y faltas de la sociedad bajomedieval, fustigadas por los predicadores de la época (lujuria, avaricia, soberbia, afición al juego, sensualidad de la música, costumbres de los clérigos...).
Se así cierra el ciclo, y se castiga a aquellos que se dejaron seducir por los goces placenteros que les ofrecía el Jardín de las Delicias terrenales.
El conjunto se ordena en varios niveles. La parte superior aparece dominada por el infierno de incendios y fuego. En la zona media destaca la figura del hombre-árbol y patinadores desnudos sobre una fina capa de hielo que se quiebra, con lo que van a parar a las aguas heladas donde se debate ya algún condenado. El contraste entre el frío y el calor es uno de los suplicios que según la tradición se sufría en el infierno. En la zona inferior se encuentra el infierno musical, donde los instrumentos musicales (laúd, arpa, órgano de manivela, flauta... de dimensiones descomunales), se transforman en torturadores de los condenados.
La condena del sacrilegio
La escena que muestra unos perros hurgando en el interior del vientre de un caballero, con un cáliz en la mano del que ha caído una hostia sagrada se interpreta como una posible condena del sacrilegio.
Ésta y otras escenas tal vez sean no sólo la expresión plástica de la condena genérica de un determinado pecado, sino quizás de algún hecho real ocurrido en la sociedad de El Bosco.
Nuevamente, como en el cuchillo, aparece la inicial "M" (¿Mundo, Muerte, inicial del nombre del Anticristo).
La condena de los lujuriosos
Una de las imágenes más conocidas del tríptico nos muestra un enorme cuchillo, que se levanta agresivamente entre dos enormes orejas, atravesadas por una flecha, que aplasta a una muchedumbre de personajes desnudos (castigo de los lujuriosos). En este llamativo objeto se ha querido ver un símbolo del sexo erecto.
Múltiples interrogantes despierta la interpretación de la inicial "M" grabada en el cuchillo. En ella se ha querido ver la designación de las palabras Mundus, Mortis e incluso del nombre del Anticristo, que según ciertas profecías medievales empezaría con
esa letra.
La condena de los avaros
El castigo de los avaros aparece representado por la saturnal figura de la "bestia-pájaro" que aparece devorando a hombres a los que expulsa por el ano. Éstos van a parar a un agujero lleno de monedas, defecadas también por un individuo en cuclillas.
La condena de la soberbia
Un diablo mantiene obscenamente abrazada a una mujer cuyo rostro se refleja en las nalgas de un monstruo transformadas en un espejo esférico.
Para el Bosco, como para toda la tradición medieval, el espejo es el instrumento favorito del demonio.
El motivo se encuentra muy difundido en las estampas y en los dichos populares "El espejo es el verdadero culo del diablo" cuando El Bosco lo incorpora en el tríptico.
La condena de la afición al juego
“El hombre-árbol”
El paisaje del infierno aparece dominado por la figura del “hombre-árbol”. Éste presenta su cabeza tocada por un plato que sirve de plataforma a un grupo de seres inquietantes que giran en torno a una monumental gaita, contrapartida de la ronda del deseo de la tabla central. Su cuerpo abierto muestra en su interior una escena tabernaria. Su sostén lo forman dos troncos de árbol muertos apoyados en barcas que flotan sobre las aguas negras y estancadas.
Aunque algunos han creído ver en su rostro el autorretrato del pintor, testigo de los castigos infernales, su ubicación en el punto central del infierno tal vez sea un indicador de la presencia de la figura de Lucifer.
El Infierno Musical
Una de las escenas más enigmáticas y sugerentes de la obra, aparece en la parte inferior: el infierno musical. En éste, instrumentos musicales gigantescos se transforman en torturadores de los condenados. Podemos contemplar unos condenados crucificados, cual Cristo y el mal ladrón, en las cuerdas del aspa y en el mástil del laúd, u otro sodomizado por una flauta, portando otra como la cruz a cuestas. En esta escena quiere verse una condena de la música profana, a la que se asociaba frecuentemente a la lascivia.
EL CARRO DE HENO
Postigo de la izquierda: El Paraíso terrenal
Una vez abiertas la de la izquierda está dedicada a la creación, el pecado y a la expulsión de Eva y Adán del paraíso. Esta ala izquierda muestra cuatro episodios distintos: en lo alto, la caída de los ángeles rebeldes, que mientras se precipitan cambian de forma y asumen el aspecto de sapos e insectos, tema ya tratado en el escrito Die Diersche Lucidarius, una reedición del siglo XIV del Elucidanum de Anselmo, donde se compara a los ángeles caídos con sapos. Más abajo está la creación de Eva a partir de una costilla de Adán. Aún más abajo y a la derecha está el Pecado original con la serpiente con cabeza de mujer y manos con garras. Finalmente, la expulsión del Paraíso terrestre está coronada por una planta con espinas y varios frutos, uno de ellos picoteado por un pájaro como símbolo de lujuria, mientras el cardo simboliza las tentaciones de los sentidos. Se representan así los cuatro episodios en orden inverso a como aparecen en la tabla derecha del tríptico del Juicio de Viena, que sitúa la expulsión del Paraíso en último plano, no en el primero.
Postigo de la derecha: El Infierno
En el ala de la derecha presenta el infierno y el castigo de los pecados. El infierno se representa como una ciudad incandescente, con diablos dedicados a la construcción de una torre, quizá referencia a la bíblica torre de Babel. El padre José de Sigüenza (1599) interpretó que esta construcción de aposentos y cuartos nuevos era una referencia a que ya no cabían las almas en el infierno y que los que allí entran (pues no otro destino tienen las figuras del panel central) ya no caben.
Se repiten aquí los incendios de estructuras, tan típicos de la obra del Bosco, pues pueden verse similares igniciones en el panel derecho del Juicio Final de Viena, así como en el lateral derecho de El jardín de las delicias. Son edificios incendiados en los que se ve que el fuego viene desde abajo, como inspirándose en las entonces modernas armas depólvora o explosiones, con lo que los infiernos que pinta el Bosco acaban pareciendo lugares de confrontación militar.
Tabla central
El panel central muestra una escena de un carro de heno, y a esto se debe precisamente el título del cuadro, además esta basado en un texto del profeta Isaías, que habla de como los placeres y las riquezas del mundo se parecen al heno de los campos que se secan pronto y aún más pronto se acaban. Lo simboliza como algo efímero, pero atractivo.

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